Vocal
Se puede decir que mi vida laboral la he desarrollado casi al completo en el ámbito de la familia franciscana. Desde muy joven entré a trabajar, como profesional de la enseñanza, en el colegio de Orense, allí quedé hasta mi jubilación. Desde ese momento, no he perdido el contacto ni la integración con la Institución. A nivel personal y familiar me he sentido muy apoyada. Sigo hoy en esa línea. Hoy como miembro del Patronato de La Fundación.
Valoro mucho todo lo que he recibido, la cercanía, la confianza, el respeto y todo lo que se me ha ayudado en mi crecimiento personal. Aspiro a ser una buena transmisora de las enseñanzas que he recibido. Y que María Ana y la Divina Pastora vean en mi una fiel continuadora de su mensaje. Colaborar para que su misión crezca cada día más. Con mi sinceridad, sencillez y humildad, sigo dando gracias.